Romanesco con tomate y zanahoria
El romanesco (Brassica oleracea) es de la familia de las crucíferas, que pertenecen a la familia de las Brasicaceas, que normalmente son de la temporada de otoño–invierno.
Los mas parecidos son la coliflor y el brócoli y cualquiera de las recetas que empleamos para ellas podemos hacerlas con el romanesco, aunque el sabor de éste es mas suave.
En una anterior entrada del blog os hablo de las propiedades, beneficios y contraindicaciones del Romanesco.
En esta ocasión la receta es algo parecida a la anterior, aunque aquí predomina el tomate triturado y más zanahoria, que le aporta dulzor y textura y el resto de los vegetales la enriquecen.
Es un plato vegano, rico y fácil de hacer.
Ingredientes para 4 comensales
- 1 romanesco
- 500 g. de tomate triturado
- 2 zanahorias
- 1 cebolleta
- 2 dientes de ajo
- sal al gusto
- pimienta al gusto
- 100 ml. de aceite de oliva virgen extra(Aove)
- 1 hoja de laurel
- opcional: 1 cucharada de azúcar
- Agua
Cómo se limpia y corta el romanesco:
Para cortar el romanesco comenzaremos quitándole todas las hojas y troncos duros, siempre desde abajo y con un cuchillo afilado.
Iremos eliminando los troncos mas duros y separando los ramilletes.
A mi particularmente me gustan los tronquitos, por lo que los sobrantes los utilizo para sopas y cremas de verduras, pelados y cortados a láminas, así que prácticamente lo aprovecho todo.
Cuando tengamos todos los ramilletes separados los introducimos en una olla cubiertos de agua con algo de sal y los ponemos a hervir a fuego medio, tapados, unos 7 minutos. Así quedarán bien limpios y no olerá mucho la cocina, pues su olor al cocerse es uno de sus inconvenientes, aunque huele menos que la coliflor.
Esa agua la desechamos, los colamos y los reservamos y ya los tenemos listos para hacer cualquier plato.
Cómo se hace el Romanesco con tomate y zanahoria:
Lavamos, limpiamos y picamos en picadora o batidora la zanahoria, la cebolla y los ajos.
Esa mezcla la salteamos en una cacerola con Aove y una hoja de laurel.
Agregamos el tomate triturado, sal, pimienta y el laurel y la cucharada de azúcar si consideramos que el tomate es muy ácido. Cuando lleve hirviendo unos 2 minutos ponemos el romanesco, que se termine de cocer en esa salsa.
Lo normal es que haya que echerle algo de agua hasta que se cueza del todo.
A mi me gusta dejarlo poco hecho, crujiente, para que no se deshaga. Y que quede con una salsa consistente.
Cuando esté a nuestro gusto lo apartamos, quitamos el laurel, rectificamos de sal y pimienta y ya se puede servir.
También admite guardarlo de un día para otro, incluso más. A mi me aguanta unos 3 días con todo su sabor y sus propiedades. Y queda bien si se congela.
Agradezco tu visita y espero tus comentarios sobre la receta.
Si tienes alguna pegunta déjamela en los comentarios, que te la contesto lo antes posible.