Habas enzapatás (o enzapatadas) al estilo de Huelva
Las he hecho en algunas ocasiones, hace tiempo, pero no me acordaba si las tenía en el blog cuando leí en Huelva información que en la Palma del condado se ha celebrado el pasado mes de Abril su tradicional "Muestra de Habas con Poleo y del Vino" en edición número 24.
Estaban, pero he preferido actualizar la entrada a fecha de hoy, ampliando informacion y fotos
Ingredientes para 6 comensales
- 1 kg. de habas
- 3 ramitas de hierbabuena
- 2 ramitas de poleo
- 1 limón
- 1 cucharada sopera de sal
- agua la que necesite
Señalar que cuanto más grandes sean las habas, mejor quedarán. Por eso, cuando es temporada de habas hay que esperar a encontrarlas que estén grandes las vainas, o como yo, que cuando las encuentro reliadas grandes y pequeñas, compro bastante cantidad para separar las unas de las otras.
Aparté las mayores para hacer este aperitivo, o tapa, o entrante, como queráis llamarlo, indispensable de tomar en ésta época en Bares Onubenses junto con una cerveza bien fría.
Yo las hice con hierbabuena y poleo, como me dijeron, pero en algunos sitios le ponen cilantro en lugar de hierbabuena.
Cómo se hacen las habas enzapatás:
Pelamos las vainas y sacamos las habas. Las vamos echando a un bol con agua y un chorreón de limón.
Ya veis en la foto lo grandes que son.
Cuando estén todas las habas limpias, preparamos una cacerola con abundante agua y la ponemos al fuego.
En cuanto hierva ponemos la sal (hay que ser generosos, pero sin pasarnos).
Echamos las ramas de hierbabuena, el poleo, el ajo entero (mejor si lo aplastamos ligeramente) y las habas.
Las dejamos hervir entre 10 y 15 minutos. Es mejor quedarse corto de cocción, porque si se quedan muy tiernas no están igual de buenas.
Cuando vemos que están algo tiernas, apartamos del fuego, las escurrimos, aunque reservamos el agua de cocción, colada. Les retiramos las hierbas aromáticas y el ajo.
Las ponemos en un bol lleno de agua con cubitos de hielo y una cucharadita de sal, para cortarles la cocción y evitar que se reblandezcan.
Para conservar las que no utilicemos en ese día se dejan en el caldo de cocción, en el frigorífico, para que no se resequen.
Se sirven escurridas, aunque también dicen que se les deja un poco del agua de la cocción, que hay a quienes les gusta mojar pan en el caldito.
Se comen quitándoles la piel, aunque yo me las como enteras. Me gustan también las pieles de los altramuces y de algunas frutas, que tienen más fibra.
Así que, a gusto de cada uno. Seguro que os van a sorprender porque están muy buenas.