Podéis seguir leyendo en SU RECETA.
Para secarlas escojeremos piezas grandes, prietas y sanas. Las limpiamos de rabitos, base y algo de piel le cortaremos por los lados y las rebanamos a lo largo en piezas de 1 cm de grosor, aproximadamente.
Yo las dejo un rato que suden y luego las paso por agua, así sueltan un poco el amargor, aunque las mías son bastante suaves, pero si las que usáis amargan ponerlas un rato con sal y luego las enjuagáis.
Las ponemos a secar sobre una bandeja, un trozo de chapa o una rejilla. Yo como siempre las pongo en las bandejas de hornos antiguos y las tapo con piezas de gasa que saco de gasas grandes de farmacia, descosidas y abiertas.