CONEJO EMBORRRAO EN CALDILLO
La carne de conejo es una de las mas sanas que podemos comer, aunque estos platos antiguos son fruto de aprovechar los recursos del campo, y en este caso no es plantado, ni de la tierra, sino de los "pequeños habitantes" que en numerosas ocasiones se comían parte de las cosechas, además de multiplicarse demasiado.
Aún recuerdo la frase, también muy antigua, que se la oía a mi madre, abuela, y demás mujeres, cuando hablaban de alguna que tenían muchos hijos... "pare más que una coneja".
Hoy día la mayoría de los conejos que consumimos son de granja y los encontramos muy limpios y bien preparados en las carnicerías. No saben igual que los de campo, pero están buenos, y te los dan troceados.
Ingredientes para 6 comensales
- 1 Conejo*
- 1 cebolla
- 1 hoja de laurel
- 1 cabeza de ajos
- grande
- 1 vaso grande de harina
- 4 huevos
- aceite de oliva virgen extra (en cantidad suficiente para freír)
- vinagre
- pimienta en grano
- comino en grano
- hebritas de azafrán
- sal
- 2 l. de agua
*Yo utilizo todo el tronco del conejo y si acaso, un muslo. El resto lo reservo para un arroz, pero este plato lo he puesto para 6 personas y está bien con 1 conejo entero.
Cómo se hace el conejo emborrao:
Comenzamos limpiando el conejo troceado y lo ponemos a hervir con la cebolla partida en trozos grandes, la cabeza de ajos (de la que habremos reservado 2 dientes de ajo), laurel, algunas bolas de pimienta y sal. Lo cubrimos con el agua y lo tapamos y lo ponemos a hervir hasta que esté tierno (o lo ponemos a presión, que tardará entre 15 y 25 minutos, dependiendo de la olla),
No debe quedar demasiado tierno, sino lo suficiente para poder deshuesarlo bien y comerlo de forma agradable, porque luego al freírse sigue enterneciendo.
Lo dejamos enfriar, y cuando esté tibio, lo sacamos y le quitamos todos los huesos, pero rompiendo lo menos posible la carne, que debe quedar a trozos medianos, o pequeños, según os guste más. Lo normal es que los brazuelos se pongan enteros, con hueso y todo.
Reservamos el caldo.
Preparando para la fritura:
En el mortero majamos muy bien 1 diente de ajo con sal gorda y preparamos una masa para fritura con la harina, los huevos y el majado, mezclando bien todos los ingredientes.
Para hacer la masa batimos en un cuenco los huevos, les agregamos el majado y poco a poco vamos poniendo la harina que admita, hasta que quede una pasta densa, pero fluida. Que al freírse no se desparrame por toda la sartén. Podemos hacer una prueba echando en el aceite caliente una cucharadita de la masa y si se queda como un buñuelo, está en el punto. Si se abre, ponemos más harina.
Ponemos a calentar el aceite de oliva virgen extra y agregamos a la masa los trozos del conejo, poco a poco, conforme vayamos friéndolos.
Cuando el aceite está fuerte, vamos echando porciones de carne "emborrada" en la pasta de freír, con una cuchara, para que queden abuñuelados.
Vamos pasándolos a una bandeja con papel de cocina, para que suelten el exceso de aceite.
Preparando el caldillo:
El caldo reservado lo colamos a una sopera o bol grande y hacemos otro majado con: 1 ajo, 2 granos de pimienta, 1/2 cucharadita pequeña de comino, el azafrán en hebra machacado, o molido (ojo, azafrán, no colorante, que el gusto y el aroma del azafrán lo enriquece), y una poquita de sal gorda (para rectificar), que quede como una pasta.
Echamos algo de caldo al mortero, lo removemos bien y lo pasamos con un colador al caldo. También le ponemos un chorrito de vinagre. Yo le pongo una cucharada escasa, no me paso.
Removemos el caldo, y echamos los buñuelos en él.
Ya está terminado el plato, pero debemos dejar que la masa se empape bien al menos dos horas, removiéndolo con delicadeza para que no se rompan y se empape igual por todos lados, por lo que se debe poner bastante caldo y hacerlo con tiempo.
Antes de servir se debe probar para ver como está de sal y vinagre, pues coge parte del aceite de la fritura. Si estuviera algo fuerte, se agrega una poquita de agua.
La cantidad de agua es aproximada; eso depende si gusta con más o menos caldo, pues al mojarse el buñuelo chupa mucho líquido.
Se sirve frío, o a temperatura ambiente, aunque también caliente está bueno.
En verano es un plato muy agradecido si lo metemos un rato antes de comerlo en el frigorífico.
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